A la edad de catorce años, Tati comenzó a trabajar como sirvienta en la casa de la Couderc. Tres años más tarde, se casa con el hijo de la familia. De tiempo después de la muerte de su marido y Tati, se transforma en una mujer arisca y autoritario en el que todos saben por la viuda Couderc, pasa a ser la señora y la señora de la casa y de la granja de su padre-en-ley, el antiguo Couderc, un hombre indolente y taciturno, que, por cierto, los libera de sus necesidades más íntimas…a pesar de las hermanas Couderc, que miran con malos ojos, todo parece estar sucediendo en la paz y la tranquilidad hasta el día en que Tati decide contratar a trabajar en la granja, el joven, Jean, cuyo oscuro pasado no es un obstáculo para que ella va a dar de buena gana los favores. Las cosas son más complicadas cuando Juan se reúne Félicie, que despiertan en él los fantasmas del pasado, mientras una extraña atmósfera de violencia rodeará la casa. Para la viuda Couderc nada volverá a ser como antes… Simenon terminado La viuda Couderc en abril de 1940, cuando vivía retirado en un pequeño pueblo de la Provenza, francia, justo un mes antes de que él fue reclutado por el ejército después de la entrada en Bélgica de los tanques alemanes. Durante dos años, ni Simenon ni su editor, Gallimard, había sido capaz de pensar de la publicación de la novela, que no aparecen hasta que en 1942, el mismo año en que salió a la luz El extranjero, de Albert Camus, con quien Gide compara con elocuencia La viuda Couderc.