La biografía que ilumina definitivamente algunas cosasque Nietzsche no era: no era antisemita, no era nacionalista,no era nihilista. Sí, era pura dinamita.

La imagen, y el gran clásico: una gran luz delantera, un poblado mostacho que cae en la boca, los ojos con la mirada miope, entre la excéntrica y torva. Sin embargo, a pesar de la potencia expresiva del icono, no parece ser una máscara que oculta un carácter esquivo y atormentado. Si la imagen puede ser engañosa, la vida y la obra de Nietzsche, ha dado lugar a muchas interpretaciones que los costos para obtener una idea clara de quién era y qué pensaba de este enigmático hombre.

Sue Prideaux se analiza la biografía con una escrupulosa delicadeza, para poner las cosas en su lugar, en su tiempo. También funciona bien en la infancia, casi idílico Nietzsche, sus estudios y su entrada en la vida académica, de sus amores y de crisis personal, lo precario de su salud ?y su llamado a la sífilis?, su existencia en la caza, su aislamiento y sus devastadores último descenso a la locura. Y este proceso de desarrollo de la biografía está llena de una rica galería de personajes ?el historiador Jacob Burckhardt a los megalómanos Cosima y Richard Wagner, a través de Lou Andreas Salomé? retratado con un implacable precisión, además de su extraña familia. La misteriosa muerte de su padre, un pastor luterano, cuando tenía cinco años de edad, que tendrá una influencia en la vida de Isabel, su hermana pequeña, que las marcas no sólo en la vida, pero más allá de eso, la censura y la manipulación de su trabajo, pero ten casi por completo.

Evitar el trazo grueso, de disipar los mitos, el seguimiento de la prolífica correspondencia del filósofo, Prideaux, revela una compleja hombre, cuyo genio y extraordinaria, que ha llevado a la tiza en la demolición de las pocas certezas «se había creído, exigido, santificado» hasta entonces; alguien que, en realidad, era dinamita.