El destino de un niño. Erik es de sólo cuatro años de edad, cuando pierde a su madre en el gran terremoto que destruyó Waliria, la capital de Ariok. Su padre, el carpintero, Bertrand de Lis, y Astrid, la humilde viuda de un herrero, no pueden imaginar que la catástrofe no sólo cambiar sus vidas para siempre, pero que, sin querer, hacen de ellos los dueños de los secretos que nunca quisieron tener que guardarlo.