A partir de ahí me llevó a nada bueno. Sólo un trauma eterno, que me voy a quitar a alguien, a una totalmente negativa que usted ha dejado para siempre.
Una búsqueda de miedo que revela hechos ocultos y silenciados durante décadas: abuso sexual, maltrato físico y psicológico de la explotación de la obra y de las prácticas médicas cuestionable miles de niños en las escuelas y el Estado religioso, durante la dictadura franquista y la democracia.
Un año de periodismo que da voz a las víctimas y los testigos y la queja con los nombres y apellidos de la supuesta superioridad moral en el servicio de las más bajas pasiones.
Montse Armengou y Ricard Belis, en el orgullo de periodismo contratado como una bandera, que quieren ofrecer a las víctimas el alivio de que no les dan las instituciones y facilitar que usted sabe lo que pasó en la ens de estos internos, con este niño, tan injustamente tratados.
«Tengo muy poca confianza en las personas que me aprecia, y no sé, me deja mucho que desear. Supongo que he construido una coraza para sobrevivir en este mundo. No, no éramos nada, la basura de la sociedad: los hijos del pecado, padres en la cárcel, los niños que se quedan… nadie ha respondido, por nosotros y nuestros destinos marcados con total impunidad nos sistema fascista tocado por la mano de Dios».