En un pueblo de Jaipur (India) fue Lila, y su madre era una bruja, muere en el parto. La Tradición es que las madres que matan a sus nacido de nuevo, que las niñas, si no han parido antes de que el hombre, pero la situación de Lila es diferente, y las dos abuelas que jugó el bebé de destino. El padre quiere matarlo, pero la madre sospecha que Lila ha heredado los poderes de su hija, y se ofrece a subir. Su consuegra, cegado por la ira, le echa una maldición: en el amor con un hombre, que se va a morir. Una maldición que su abuela materna compensa: se puede encontrar en el extranjero. Así comienza la historia de la Bruja de la Luna Plateada.
Lila, huyendo de la maldición de la que se celebra su nacimiento, emprenderá un viaje que terminó en España en el primer tercio del siglo XX. Siempre buscando el amor, usa sus poderes mágicos para bien, y cualquiera que se cruce en su camino va a ser tocado nunca.