España está en la agonía de un fenómeno que es inesperado: una ola de liberalismo en nuevas formas, cuyas funciones y poder más allá de la mayoría de los observadores. Algunos no ven la eclosión porque son incapaces de percibir los acontecimientos fuera de sus programas, que han dejado de ser útiles a la muerte del comunismo. Otros no lo ven, pero niegan su carácter liberal para mantener sus prejuicios. Es la floración, ya que ha aparecido de repente. Es liberal, porque defiende los valores que la absoluta inviolabilidad de la esfera privada, o la tradicional de los derechos y libertades fundamentales de la persona más allá de la retórica.