Escritores, Escritores, Cocineros y aprendices de todo, me complace presentar a ustedes la cocina de La escritura, un manual de redacción para todos aquellos que escriben ?o debo escribir!?. Si usted es un empleado de una empresa y debe escribir, si son estudiantes que se juegan el futuro en las pruebas, los profesores que corregir o leer y escribir ser capaz de, este puede ser un libro para aprender a escribir, que puede llegar a desear y es seguro que este será el final de aborrecimiento. Si usted está fascinado por escrito, si no te gusta escribir o si usted tiene un estallido de risa de leer lo que escriben para otros, este libro puede ayudarle a experimentar con mucha más nitidez de esas emociones. La cocina recopila los más importantes de la tradición occidental en la escritura. Describe la investigación científica más relevante, estrategias de búsqueda, organización, y desarrollar las ideas, la estructura del texto, o algunos trucos retóricos para impresionar al lector. Con ellos, usted puede aprender la técnica de la escritura… pero, desengáñense, no es la de llegar a ser grandes escritores. El talento no se aprende! Lo que tienen en sus manos una cocina con puertas, secretos y amor eterno. Ha entrado todo el tiempo en él? ¿Cómo quieres espiar el escritor? Vaya a la parte delantera. Vaya! Entra en mi cocina! Usted encontrará una nevera llena de comida: sucio borradores, fragmentos inacabados, ejempos, ejercicios e ideas para preparar el sofrito. Está equipado con los gadgets más modernos (microondas descongelaideas, hornos para párrafos, licuaprosas y cuchillos cortafrases), por no hablar de las técnicas más populares (la inspiración para el baño o la corrección con los chinos). El cocinero era un amante y haga clic en escribir. Ella ha aprendido a escribir más o menos de veinticinco años (en una pequeña ciudad de barcelona, con una fecunda tradición de escritores), no ha dejado de escribir desde entonces, y se ganaba la vida mediante la enseñanza de la escritura en la universidad. Tal es su obsesión por la escritura, que siempre