El Tour de Francia de 1989 contiene todos los ingredientes para ser considerado uno de los mejores en la historia. La vibración, el olvido, osadías y la continua debilidad impulsado las noches del mes de julio es la conmemoración del bicentenario de la Revolución francesa. Con una prosa cálida y seductora, entre las crónicas del deporte y la literatura, y con el testimonio de varios de sus ilustres protagonistas, Josep Maria Cuenca narra con precisión y rigor, deslumbrando a los detalles de un Gran Lazo que ha marcado un antes y un después en la historia del ciclismo moderno.