Tolkien comenzó a escribir El Silmarillion mucho antes que El Hobbit, una obra concebida como historia independiente, pero que fue parte de lo que él llama «un tema que tiene usted de la espalda y las ramas», y que desde que surgió el Señor de los Anillos.

El Silmarillion cuenta la historia de la Primera Edad, el antiguo drama a la que los personajes hablan de el Señor de los Anillos, y en cuyos acontecimientos algunos de ellos tomaron parte, como Elrond y Galadriel.

Los tres Silmarils gemas fueron creadas por Fëanor, el más dotado de los Elfos, y la Luz de los Dos Árboles de Valinor antes de que los Árboles mismos fueran destruidos por Morgoth, el primer Señor oscuro. Desde entonces, la inmaculada Luz de Valinor vivido sólo en los Silmarils, pero Morgoth apoderó de ellos, y se utiliza en su corona, custodiado en la impenetrable fortaleza de Angband en el norte de la Tierra Media.

En este volumen se incluyen otras obras cortas, como la Ainulindalë o la Música de los Ainur, el mito de la creación del mundo, y en el Valaquentala naturaleza y los poderes de los dioses. Para El Silmarillion sigue el Akallabeth, que se refiere a contar la historia de la caída del reino de Númenor en el final de la Segunda Edad, y por último la historia De los Anillos de Poder, en las que el tema de el Señor de los Anillos vuelve en la perspectiva más amplia de El Silmarillion.

El Silmarillion no es una novela, ni un cuento de hadas o una historia de ficción. Podría definirse como una obra de la imaginación, la inspiración, la visión oscura, legendario o mítico, del interminable conflicto entre la voluntad de poder y la capacidad de crear.