Este es un libro de heterodoxos. Cuenta la historia de el desorden que existe en la Administración de Justicia, la tarea que estamos acostumbrados a quienes participan en ella. Su autor (que era un abogado antes de ser un juez y un juez antes de que pueda acceder al gobierno de los jueces) proporciona una visión bastante personal y vivos, salpicada de anécdotas, de la real, que luego se transforman en categorías, sobre la causa y el absurdo de este trastorno. La descripción de lo que otros llaman una vida piadosa «disfunciones» toma el lápiz Carmena el ámbito de aplicación de la auto-crítico, más sociológico que jurídico. Diseñado con un enfoque eminentemente empírico, el libro se describen los recursos que se han arraigado, y, también, revela fallos… En cualquier caso, Carmena de no respetar el status quo: si es necesario, agregar un lío al lío con el fin de unirse a la orden. Y la experiencia indica que es capaz de hacerlo. Las herramientas son siempre los mismos: un compromiso inexorable y terco para aplicar el pensamiento y el razonamiento de las costumbres de la corte de los estados-mejor decir, consagrada por la diosa de la rutina, y una batalla que se inició contra el desorden, paradójicamente, producida por la ley de la inercia de los funcionarios, impulsado por los intereses de los gremios. Para lograr el objetivo de la orden final, Carmena causas de los problemas temporales, tales como, por ejemplo, dejar de pensar que esto es lo que se hace y cómo se puede hacer para servir a la verdad.